
¿Qué buscamos en un proceso de selección? ¿Qué queremos de un candidato? Si sólo pudiera elegir una competencia sería ésta: el locus de control interno.
Éste es un término identificado por Julian B. Rotter, psicólogo estadounidense. Se define como la creencia de una persona sobre la responsabilidad que tiene en su forma de actuar. Y puede ser interno o externo.
En los casos en los que el locus de control es interno, la persona considera que tiene mucho poder en lo que sucede, en el caso del locus de control externo, la persona siente que las circunstancias no le permiten actuar de otra manera.
Para mí tiene que ver con sentirse causa o consecuencia de la vida. Si yo soy causa de mi vida, siempre hay algo que pueda hacer, aunque sólo sea sobrellevar mejor mis circunstancias.
Si soy consecuencia, no me queda otra alternativa. No hay espacio entre la acción y la reacción porque solo soy capaz de ver “la que hay”.
En una conversación en casi cualquier circunstancia es posible ver dónde sitúa una persona su locus de control. He aprendido a huir de los que hablan de todo lo que es culpa de los demás, de todo lo que no pueden hacer, de cómo su vida hubiera sido diferente si esto y aquello. Y corro a quedarme cerca de los que me explican cómo cogen su vida y le sacan todo el partido, hasta gastarla del todo, cada día.
Me temo que los griegos dirían que el carácter de un hombre es su destino.